Lo barato sale caro. En consecuencia, todo lo que hayas podido ahorrarte en cuanto a la contratación del servicio de traducción, lo acabarás pagando poco después con los efectos negativos que esta merma genera sobre tu imagen de marca.
Una mala traducción transmite escasa credibilidad a tus clientes, y esto supone un duro golpe para la empresa; una vez que pierdes la confianza de una persona, te resultará casi imposible volver a recuperarla.
Por lo que hoy te contaremos las claves que debes tener en cuenta.
La empresa de traducción a la que recurras deberá ser capaz de garantizarte lo siguiente:
Saber otros idiomas no basta. Un traductor debidamente formado debe poseer una serie de conocimientos específicos que conciernen a su profesión y que afectan a cada traducción concreta (hablamos de los conocimientos relativos a la realidad cultural o sociolingüística de los países a los que se dirigirán las traducciones, la capacidad de análisis del contexto, etc).
Si los profesionales de la agencia no cumplen con dichas cualidades, puede haber errores importantes en la traducción final.
Existen diversas clases de traducción (no es lo mismo traducir un
manual técnico que un texto jurídico, literario o publicitario). En ese sentido, una agencia competente deberá contar con una serie de profesionales capacitados para diferenciar y ejecutar cada una de estas traducciones.
Cuanto más años de recorrido tenga una agencia en el sector de las traducciones, más garantías tendrás de obtener un servicio de calidad.
Las mejores agencias de traducción no se andan con rodeos a la hora de comentar sus condiciones a los clientes: serán totalmente transparentes y honestas, y eso es algo que resultará imprescindible. Por otra parte, si necesitas obtener una traducción en un plazo muy corto de tiempo, las agencias serias y competentes estarán capacitadas para ofrecerte lo que se conoce como servicios de traducción urgente.
En ocasiones, puedes llegar a necesitar traducir documentos de carácter confidencial o sensible, como pueden ser los acuerdos entre empresas, las patentes, etc. En estos casos, las mejores empresas te ofrecerán las debidas garantías (acuerdos de confidencialidad, etc.) para que puedas dejar en sus manos cualquier encargo con la confianza plena de que no se hará un uso indebido del mismo.
Asegúrate de que la agencia de traducción que contrates sea capaz de cumplir con todos los requisitos anteriores.